El otro día en la clase de extensivo de A2 los estudiantes aprendieron como hacer los diminutivos
Los estudiantes se dieron cuenta que en español estas pequeñas palabras son más que algo pequeñito ya que pueden tener muchos significados dependiendo de cuando se usan, quién los dice o el tono que emplea.
¡Quédate un ratito que te los explicamos!
¿Cómo formamos el diminutivo en español?
Para formar diminutivos en español necesitamos un prefijo (una terminación que se añade a una palabra). En la actualidad el más común en España es -ito/-ita que se puede añadir a nombres (perro – perrito), a adjetivos (rojo – rojito) o a adverbios (cerca – cerquita). Normalmente, la formación de diminutivos sigue las siguientes reglas generales:
- Las palabras que terminan en o, a, io, ia remplazan esa terminación por –ito/-ita.
perro -> perrito; limpio -> limpito.
- Las palabras que terminan en e, i, u sin acento, se añade –cito/-cita.
- Añadimos también –cito/-cita si la última vocal está acentuada.
Sofá -> sofacito, té -> tecito.
- -cito/-cita también son la terminación en diminutivo para palabras que terminan en n o r.
Camión -> camioncito, ordenador -> ordenadorcito.
- Si acaba en otra consonante, volvemos a añadir -ito/-ita
Igual -> igualito
Si estamos haciendo un diminutivo a un adjetivo, la terminación debe cambiar según sea el nombre al que acompaña, como si fuese un adjetivo normal:
- La casa pequeña -> la casa pequeñita
Si el diminutivo es un nombre mantiene la terminación en el género que le corresponda al sustantivo o, en el caso de ser un masculino acabado en a, la a.
- El vino -> el vinito, el tema -> el temita.
-ito/-ita es el diminutivo más común, pero en España podemos escuchar otros muchos dependiendo de la preferencia, costumbre o región. No es raro escuchar diminutivos acabados en -ejo/-eja, -ete/-eta, -ico/-ica, -illo/-illa, -ín/-ina, -ino/-ina, -iño/-iña y -uco/-uca.
¿Para que usamos los diminutivos?
El principal uso del diminutivo es, como su propio nombre sugiere, indicar el tamaño reducido de un objeto. Así una mesita es una mesa pequeña, una callecita es una calle estrecha, etcétera. También una acción de corta duración como un paseíto, que sería un paseo corto.
Pero también un diminutivo nos sirve para atenuar, quitarle importancia a alguna cosa. Si hablamos de un “cantantillo” no estamos diciendo que el cantante sea pequeño, sino que es malo. Si decimos “tengo un problemilla” no es que sea poco importante, pero no queremos preocupar a nuestros amigos. Y si les invitamos a un “vinito” no quiere decir que sea pequeño, puede que sea incluso caro, pero eso no nos importa.
Las palabras que tradicionalmente se consideran malas o incómodas, con el diminutivo se hacen más agradables. Mi amiga no es gorda, es “gordita” y mañana no tengo que comprar un par de bragas sino, “de braguitas”.
Por último, puede usarse para algo que puede parecer completamente contrario: intensificar un adjetivo o un adverbio. Si mi casa está cerquita queremos decir que está muy cerca o si mi hijo es igualito a su padre es que son dos gotas de agua.
¿A qué es un tema facilito? Ahora, un pequeño consejo, no abuses de los diminutivos cuando hables español si no quieres parecerte a Ned Flanders, el clásico personaje de Los Simpson.
El diminutivo es muy útil en español, pero no sólo existe está forma gramatical. También hay sufijos aumentativos e incluso despectivos. ¿Quieres conocerlos?
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